Afganistán
Retomamos nuestra actividad en Afganistán después de una pausa de 10 años
contexto
Afganistán ha visto cómo en los últimos meses ha empeorado su situación: más de 24,4 millones de personas, más de la mitad de la población, necesitan ayuda humanitaria. El país se enfrenta al tercer año consecutivo de sequía y crisis económica mientras todavía se tambalea por las secuelas de décadas de conflicto y desastres naturales.
Más de 2,2 millones de personas desplazadas internamente, casi 500.000 personas retornadas, una carencia enorme de personal cualificado en las infraestructuras sanitarias y más de 18 millones personas con necesidades sanitarias (entre ellas, 3,19 millones menores de 5 años, casi 400.000 mujeres embarazadas y casi 500.000 personas ancianas).
Se estima que se alcancen los 28,3 millones de personas que necesitarán asistencia humanitaria y de protección en 2023, en comparación con los 24,4 millones en 2022.
Afganistán: una población en peligro. La situación política, económica y social que la población afronta en los últimos tiempos ha repercutido en un deterioro masivo de la situación humanitaria en todo el país. El crecimiento demográfico, los desplazamientos internos y unas tasas de retorno transfronterizo más elevadas de lo habitual están contribuyendo a aumentar la presión sobre los escasos recursos, las oportunidades de subsistencia y los servicios básicos, así como los riesgos de protección, especialmente para los grupos en mayor situación de vulnerabilidad.
Una crisis humanitaria sin precedentes. Más de la mitad de la población necesita ayuda humanitaria y la fuerte crisis económica ha emergido las necesidades humanitarias de la población. La reducción de los ingresos, el aumento de la deuda y la subida de los precios de productos básicos como los alimentos y el combustible han llevado a los hogares a gastar menos en servicios esenciales, como la educación y la sanidad. Los hogares de las zonas rurales se ven especialmente afectados por el deterioro de la economía.
La amenaza de catástrofes naturales. El país también es propenso a las catástrofes naturales, como terremotos, sequías e inundaciones. Los recursos hídricos son cada vez más limitados debido a unas precipitaciones por debajo de la media desde 2020. La sequía ha provocado desplazamientos internos, ha reducido los medios de subsistencia y ha contribuido a la inseguridad alimentaria.
Las comunidades afectadas por la sequía, los hogares con personas con discapacidad y los hogares encabezados por mujeres con hijos, especialmente niñas, son más vulnerables a las dificultades económicas.
Mujeres afganas esperan la consulta médica.
Un sistema sanitario enfermo. El sistema sanitario público de Afganistán es precario y no cuenta con los recursos suficientes para una atención de calidad. Las autoridades sanitarias tienen dificultades para gestionar los centros de salud. Desde 2022, Naciones Unidas, junto con el Ministerio de Sanidad y las ONG, trabajamos para restablecer el acceso a la sanidad para todas las personas.
NUESTRO TRABAJO EN 2022
Desde 2022 estamos apoyando un hospital de distrito y dos centros de salud comunitaria, mediante la mejora de las infraestructuras y la dotación de medicamentos y material sanitario. Además, se está formando al personal sanitario, reforzando sus capacidades, facilitando y mejorando la atención en salud mental y apoyo psicosocial a la población de Kabul.